Había una vez un hermoso reino muy lejano llamado “el reino cacahuate” era un lugar muy bonito rodeado de hermosos jardines, donde habitaban hermosos animales místicos, bosque encantados y grandes montañas con flores y cascadas. Las calles eran grandes y limpias con olor frutas, la gente que vivía en aquel hermoso reino eran amables y amistosos a pesar de la pobreza que había en aquella ciudad.
Todo reino tiene una reina y en este no era la acepción, la reina que gobernaba, era muy hermosa, su cara era como la de un ángel, siempre llevaba vestidos hermosos tejidos, con seda de las mas fina y piedras preciosas, el único defecto que tenia la reina es que era muy vanidosa, presumida y tacaña, la gente no era de su importancia solo se preocupaba por ser la mas hermosa en los bailes reales.
El castillo estaba lleno de espejos desde el más pequeño hasta el más grande, donde la reina podía admirar su belleza. Un día la avariciosa y vanidosa reina, pensó en por que tenía que conformarse con ser la mas bella del reino, si podía ser la más bella del mundo. Así que acudió con el sabio de la ciudad para que le diera la formula mágica para hacerse aun más bella. Cuando la reina le explico al sabio lo que quería, el acepto gustoso a ayudarla a convertirse aun mas bella de lo que ya era, el sabio le dijo que tenia una formula mágica pero que le faltaba un ingrediente muy importante, la reina pensó que podía ser: solo dígalo y mandare a mis sirvientes por el, no me importa que cueste todo el oro que tengo solo dígalo, exclamo la reina. El sabio saco un costal vacio y se lo entrego a la reina, y le dijo: tienes que hacer 200 obras buenas y por cada obra buena que hagas tienes que poner un pétalo de rosa hasta juntar 200, después tienes que traérmelo y la pasión estará lista, la reina acepto con tal de conseguir su belleza.
Trascurrieron los días, y la reina llego con el sabio con el costal lleno de pétalos, le dijo que había ayudado a la gente pobre, que había puesto escuelas, parques de diversiones y muchas cosas mas, que le diera la formula mágica de la belleza, el sabio le respondió que la formula ya la tenia que ahora ya era mas bella que antes, que no solo era hermosa por fuera si no por dentro también, ahora tendrás una belleza eterna pues lo exterior se acaba pero lo interior dura para siempre ahora eres la reina mas hermosa del mundo.
Hola Sofi,
ResponderEliminarPara hacer mi comentario sobre tú cuento me pondré en el lugar del sabio:
Si yo fuera el sabio no habría ayudado a la reina. O al menos la hubiera hecho sufrir más. Yo como el sabio, le hubiera dicho que no existía ninguna poción para hacerla más bella, que lo único que podía hacer era aceptarse tal como estaba. O probablemente le hubiera dicho que necesitaba dejar de ser reina y cambiar todo lo que tenía, su ropa, sus joyas, sus tierras, en fin, todas sus riquezas y volverse una persona normal y sencilla. Así ella hubiera sufrido y también hubiera aprendido a apreciar lo que tiene.
Muy lindo cuento, sobre todo ese mensaje final.
hola lili:
ResponderEliminargracias por tu comentario, me parecio muy acertado, talvez podria ser otro final alternativo,pero pense que como era para niños tenia que haber un poco mas de fantasia, y creo que haber echo sufrir a la reina podria ser un poco rudo para un niño.Pero igual muchas gracias.
ATT
sofi